Hacer todo diferente y que te siga saliendo para el orto
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La última cita no había salido bien, de hecho hace mucho que mis citas no salen bien, así que me propuse una nueva estrategia: despojarme de todos mis filtros e intentar salir con alguien que me pareciera "buen pibe" aunque no cumpliera casi ninguno de mis requerimientos básicos.
Si salir con Daniel Cleaver no está dando resultados, probemos con Mark Darcy -pensé- después de todo funcionó para Bridget Jones, que tampoco pegaba una en el amor.
El caso es que hice un esfuerzo enorme. Empecé por no programar el encuentro con anticipación y cuando "Martín" me dijo si cortábamos la semana tomando algo ese mismo día, unas dos horas más tarde, accedí sin hacer el cálculo matemático para ver si llegaba a arreglarme y estar lista.
Estaba orgullosa de mi, es más, sabía que no llegaba a hacer una mega producción y pensé, perfecto, voy a salir así como estoy, esto también es hacer las cosas de un modo diferente.
Primera prueba superada y enseguida se vino la segunda, cuando me dijo de encontrarnos en algún bar en lugar de pasarme a buscar. Entonces respiré hondo y elegí un lugar cercano a casa para que este otro filtro básico que el pibe no pasaba no me pusiera de mal humor. Bien, evidentemente me había tomado la estrategia enserio, así que en lugar de contarle a mis amigas que salía con Martín y hacer todo el procedimiento de rutina, no dije nada, terminé lo que estaba haciendo me puse unas botas y salí.
Llegué al lugar y me esperanzó ver que se trataba de un chico muy lindo y alto! Un punto a su favor. Parecía que la estrategia comenzaba a funcionar. Cinco minutos más tarde estaba superando mi tercera prueba: decidir en qué mesa sentarnos y qué pedir porque, como sospechaba, a Martín no le sobraba la actitud, por decirlo de alguna manera.
Bueno, nada, le puse toda la onda que pude pero la verdad es que me estaba aburriendo. No coincidíamos en casi nada, había algunos silencios incómodos y unas dos horas más tarde sabía que la estrategia había fracasado. Llegó la cuenta y le di su última oportunidad. No estoy en contra de que las mujeres paguen pero si me invitaste a tomar algo para conocernos NO DA que paguemos los dos. En todo caso, otro día te invito yo y listo. Pero bueno, después de todo, sabía que no iba a haber segunda cita. Así que volví a respirar hondo pagué y agarré mis cosas.
¿Era Martín el que no había pegado una? ¿O simplemente no me gustan los hombres como Martín?. Me quedé pensando en que es una estupidez intentar hacer las cosas de un modo diferente, porque son justamente los detalles, las actitudes y la forma de ser de la otra persona las que nos parecen o no atractivas.
La altura y la facha no suman solas y no hay forma de cambiar lo que esperamos de la otra persona.
Así que propongo el camino inverso a mi estrategia frustrada: sigamos haciendo todo igual, hasta que pase algo diferente. Es la única forma de conseguir lo que realmente queremos aunque haya miles de fracasos en el camino.
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