Pero el amor es más fuerte
Te tuvo que haber pasado. Le querés escribir a alguien pero sabés que no va a suceder lo que en realidad estás esperando. Osea, estás 100% segura de que no es -para nada- una buena idea.
Te ponés a "tocar" el violín, como para distraerte, y justo el profesor te dio una canción de música clásica que no puede más de deprimente y que -obviamente- no ayuda en nada.
Intentás con la facu, pero sentarte a hacer el tp de Semiótica/Lingüística que tenés que entregar la semana que viene no parece ser la cosa más entretenida como para no distraerte a los dos minutos de haber empezado.
Le mandás un mensaje a una amiga, esperando que te haga el aguante y te esconda el celular un rato, pero tiene planes y, esta vez, no puede ayudarte.
Y la situación te empieza a dar un poco de miedo, porque sabés que lo estás para hacer otra vez.
Te engañás con frases del tipo "Solo quiero saber como está" "No tiene nada de malo preguntarle en qué anda", lo que claramente se traduce en un "Quiero hablarle para recordarle que existo y ver si -en una de esas- me invita a salir".
La última vez que lo viste terminó todo mal. Sabés que flaco está un toque loco. O por ahí sos vos. No sé. Ya perdiste la noción de la realidad. Pero te encanta...
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Pensá en alguien que te haya gustado mucho y con el que también hayas sufrido y decime si lo bueno no pesa mucho más que lo malo.
Nadie se acuerda tanto del día que lloró por alguien, como del día que se despertó sintiendo que estaba enamorado.
Nadie se acuerda tanto del día que lloró por alguien, como del día que se despertó sintiendo que estaba enamorado.
Es así. No queda otra. Es que el amor es más fuerte.
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