El día que toca dar vuelta el colchón


Es domingo y te disponés a cambiar las sábanas. Ya el hecho de hacer y deshacer una cama de dos plazas siendo una sola persona te rompe un poco las bolas. Como que vas de un lado a otro intentando que quede prolija y más si sos como yo, totalmente obsesiva con esas cosas. Digamos que es una actividad que me lleva un buen rato. Ni hablar si estás intentando luchar contra la resaca.

Pero bueno, como cualquier domingo saco todo para que el lavarropas haga su magia y ahí la veo: mi vida plasmada en la superficie del colchón. Más gráfica imposible. Un lado izquierdo impoluto, como casi nuevo, y un triste cráter del lado derecho, donde suelo ubicarme para dormir.

Mi vecino puede dar fe de eso, porque vino a ayudarme a instalar algo de la tele hace poco y se me cagó de risa al ver el reducido espacio derecho en el que duermo, casi sin desarmar la cama. No sé si es mi forma de poder hacerla más rápido al día siguiente (cuando eso sucede) o si es un entrenamiento inconsciente para cuando tenga que compartirla con alguien más (si es que eso llega a suceder). De cualquier modo, admiro a la gente que puede dormir en el medio de la cama. Para que te des una idea, me compré una tamaño Standard porque, aunque la habitación es desproporcionadamente grande para mi departamento, la palabra King me da a sinónimo de soledad. 

Pero volviendo a la situación del domingo, después de ver el cráter y hacer un triste balance de tu vida afectiva, sabés que no te queda otra...es hora de dar vuelta el colchón. Y es ahí cuando te sentís más sola todavía. Como que el colchón le gana a mis 50kg e intentar hacer toda esa maniobra se vuelve un tanto complicado y hasta te diría peligroso, teniendo en cuenta el tema de la resaca. Hay que evitar movimientos bruscos.

Pudiste. Le ganaste y ahora la cama parece la de una persona normal. Es como que empezás de cero otro vez. Diste vuelta el colchón y es como haber dado vuelta la página. El inicio de un nuevo comienzo. 

Te sentís confiada. ¡Vamos que esta semana puede ser diferente!. En breve les cuento qué pasa...



Comentarios

  1. Me diste un poco de pena.. me ofrezco a ayudarte cuando quieras a dar vuelta el colchón (tu vecino).

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Una nueva fobia: terror a los tachos de basura

Cualquier cosa menos migajas

Por angurriento te quedaste sin el pan y sin la torta